lunes, 21 de junio de 2010

DESDE EL MUNDO DE LAS SOMBRAS

Durante mucho tiempo ese hombre tenía azotada la región. Tomaba a sus víctimas, las torturaba, las violaba,  y luego,  ante el placer por la sangre y  el contacto con los cuerpos fríos e inertes,  las mataba.

Fue en el mismo lugar donde siempre me gustaba observar el crepúsculo. Este acontecimiento hizo que tuviera la certeza de que vive en mi otra persona que me produce horror, lo que me tendrá inmersa en un perpetuo espanto.

 Comenzaba la noche, cansada y perturbada, me senté debajo de un árbol de tupido follaje. Un rayo de luz alumbró débilmente mi cuerpo trémulo. Mis manos estaban impregnadas de una sustancia rojiza que no salía de mis venas.

 En mi mente llegaban voces altisonantes, eran terribles y espantosas. Me repetían una y otra vez que tomara de nuevo el cuchillo y desgarrara los testículos del hombre que yacía frente a mí. Me levanté asustada, y con una terrible agitación pellizqué mis brazos una y otra vez como para despertar de una pesadilla que me robaba el aliento y paralizaba mi circulación.

 En medio de la densa niebla que envolvía la noche comencé a correr hasta el borde del barranco. Me ahogaba y oprimía la pesadez de la atmosfera, mi pecho bramaba y mis ojos centellantes de ira no dejaban de observar el escenario de mi violación.

Me había dado cuenta de mi aprensión asesina, me asombraba y horrorizaba ese instinto abominable que llegó a mí de manera sorpresiva, pero al mismo tiempo, me sentía una heroína, ese hombre ya no podría violar a ninguna otra mujer. Corrì de nuevo hacia él y le arranqué los testículos con el cuchillo que en pleno acto sexual logré arrebatar de sus manos.

 Me acerqué a un riachuelo que corría cerca de allí, y despojándome de la poca ropa que llevaba puesta, me sumergí en el torrente de agua helada. Sentí que recobraba de nuevo mi propio ser, comencé a sentir miedo, quise gritar pero el intento fue en vano, mis dientes castañeteaban, no podía dejar de pensar en el cadáver sin testículos. De nuevo era yo, la mujer débil y sumisa, incapaz de aquella acción delictiva. Y allí, me quedé esperando el resto de la noche a que mi víctima se comunicara conmigo desde el mundo de las sombras.

lunes, 14 de junio de 2010

MANOA

A dos años de la muerte de Eugenio Montejo, poeta y ensayista venezolano.

     Cualquier poesìa de Eugenio Montejo brilla por excelencia. Por eso, la difícil labor de hacer una selección. Hoy, no podía dejar de poner en mi blog un canto a Manoa.

     Manoa es la capital mítica de "El Dorado" que tanto buscaron los conquistadores en nuestra tierra. Sir Walter Raleight dejó una colección de apuntes de su búsqueda que han sido traducidos al español como "Las doradas colinas de Manoa". Se decía que era una ciudad llena de oro, donde se creìa que los Incas habìan escondido el Tesoro de Atahualpa. Hipotéticamente estaba situada cerca del lago Parima. Habìa un cacique tan rico que todos los días revestía su cuerpo con el polvo de este metal  y después se bañaba en un lago para quitárselo. Una ciudad lo suficientemente tentadora como para seducir la imaginación de los europeos que por primera vez venían a América.

     Para Eugenio,  Manoa es la otra luz del horizonte. Quien sueña puede divisarla, va en camino; pero quien ama ya llegó, ya vive en ella.



MANOA

No vi a Manoa, no hallé sus torres en el aire,
ningún indicio de sus piedras.
Seguí el cortejo de sombras ilusorias
que dibujan sus mapas.

Crucé el río de los tigres
y el hervor del silencio en los pantanos.
Nada vi parecido a Manoa
ni a su leyenda.

Anduve absorto detrás del arco iris
que se curva hacia el sur y no se alcanza.
Manoa no estaba allí, quedaba a leguas de esos mundos,
-siempre más lejos.

Ya fatigado de buscarla me detengo,
¿qué me importa el hallazgo de sus torres?
Manoa no fue cantada como Troya
ni cayó en sitio
ni grabó sus paredes con hexámetros.

Manoa no es un lugar
sino un sentimiento.
A veces en un rostro, un paisaje, una calle
su sol de pronto resplandece.

Toda mujer que amamos se vuelve Manoa
sin darnos cuenta.
Manoa es la otra luz del horizonte,
quien sueña puede divisarla, va en camino,
pero quien ama ya llegó, ya vive en ella.

domingo, 16 de mayo de 2010

UNA MAÑANA EN LA ESTANCIA.


     Pasé casi toda la mañana en los jardines de la Estancia. Es un oasis en el centro de la ciudad caraqueña. 

     Encontrè un rincón perfecto y me senté bajo la sombra de un àrbol de tupido follaje. Frente a mí, un jardín de flores, cuya combinación de rojos y amarillos era un verdadero placer. El sol asomaba tímidamente su resplandor entre las nubes, y la tierra todavía conservaba algo de humedad que la lluvia había dejado la noche anterior.

     Miraba embelesada como dos niños correteaban frente a mí. Muy cerca, una mujer de tez morena, que en perfecto estado de concentración, realizaba sus prácticas de Tai Chi. A mi lado, dos amantes, cuyas miradas se apoderaban inexorablemente de su voluntad.

     Un rayo de sol penetrò entre las ramas del àrbol y una suave brisa acariciaba mi rostro. Cerré los ojos, y  sentì una secuencia interminable de besos que dejaban su exquisita humedad sobre mis labios. Era un intercambio infinito de sensaciones placenteras. Esas caricias que logran dibujar figuras abstractas y exòticas sobre tu piel quedando por siempre como una mancha indeleble.

     Me levantè, tenìa tres horas sentada sobre la grama y se me habìan dormido las piernas. Decidì dar una vuelta antes de salir. Tres caballeros afinando sus cuatros, se preparaban para deleitar a los presentes con su agradable melodìa. Fui hacia ellos para pedirles que tocaran una de mis canciones preferidas "Viajera del Río", y de manera muy amable y cortés, accedieron a mi petición, dedicándome ese conjunto de notas musicales que escuchè con todo mi cuerpo.

     Y asì, logre escribir estas palabras. No busco la naturaleza, la mùsica o una buena lectura para olvidar cosas y distraer mi mente, las busco para despertar pasiones, esas que le devuelven a la vida todo su esplendor.



viernes, 2 de abril de 2010

MI ENCUENTRO CONMIGO.

     Caminando por Sabas Nieves, decidí tomar un pequeño descanso y sentarme bajo la sombra, escondiéndome del inclemente sol que a través de las nubes vomitaba fuego.
     Dos libros me acompañaban: Madame Bovary y el Museo de la Inocencia. Ambos los comencé de manera conjunta y me atraparon en su majestuoso contenido.
     El amor y la pasión convertida en obsesión narrada de manera magistral por Orhan Pamuk, o la ambición y el adulterio de Madame Bovary, cuya tragedia de mujer infelizmente casada y llena de sueños chocaban cruelmente con la realidad.     
      Tomè a Orhan Pamuk y su historia de amor entre Kemal y Füsun.
      Mi cuerpo yacía sobre la grama. A mis pies la panoràmica del valle de Caracas. A mi alrededor una hermosa vegetaciòn. Sobre mí un sol radiante que lograba visualizar a través de las ramas de un frondoso árbol.
    Pasaron los minutos, quizás las horas, no lo sé; realmente había perdido la noción del tiempo. Por mi mente surgió un sinfín de escenarios, me detuve en alguno de ellos, los màs emocionantes, esos que le devuelven el brillo a tu mirada y te regalan una sonrisa en lugar de bostezos o melancolía.
    Recordé a mis hijas cuando corrían por ese mismo lugar. Eran traviesas y encantadoras. Llevaban flequillo y dos trenzas que caían sobre sus hombros, la mejor solución para que permanecieran peinadas durante todo el paseo. Siempre con sus muñecas en las manos jugaban conmigo, buscaban mi ayuda para cambiarles la ropa, peinarlas y hacerles una cola o quizás un moño. Yo siempre tenìa a Ken, ellas a Barbie, y de manera inocente le pedían a Ken que las besara declarándoles su amor.
     Luego pensé en Maximiliano, mi primer y verdadero amor. Despertaron  mis deseos de mujer, entregada totalmente a la sensualidad. Fornicaba de pie apoyada del árbol más cercano, y luego me acostada sobre el césped, dejando caer sobre mí el peso de su cuerpo. Entregada con frenesí, me convertía en un volcán que amaba de manera enardecida, dejando besar mis labios, mi cuello, mis senos y mi vientre hasta que corriera el producto de su orgasmo entre mis piernas y frotara sobre mi cuerpo el néctar de esa pasión.
     Volví a la realidad, ni siquiera había comenzado a leer el libro, era tarde y tenía que bajar. La sonrisa me acompañó durante todo el camino convencida de que los mayores deseos de una mujer son  los hijos primero, pero el sexo inmediatamente después; aunque para muchas, en su ridícula concepción de la moralidad extrema, el erotismo siempre será un tabú.

sábado, 30 de enero de 2010

"LA SOCIEDAD DE LOS POETAS MUERTOS", una joya de Walt Whitman

     Quiero relacionar a un maestro de la literatura poética con una joya cinematográfica, donde el contenido de la misma se basa en los cantos de amor a la vida de Walt Whitman.

     La Sociedad de los poetas muertos, film obligatorio no sólo para los amantes de la poesía, sino también para quienes creen en la capacidad de educar e inspirar a sus discípulos.

     Walt Whitman nació en el año 1819, poeta y ensayista estadounidense que ha sido uno de los más influyentes escritores norteamericanos. Famoso por sus poemas, ejerció gran influencia sobre grandes escritores como José Martí, Rubén Darío, Federico García Lorca, Pablo Neruda y Jorge Luís Borges.

     Su libro Hojas de hierba fue su obra esencial, apreciable por su lirismo, libertad y expresividad. Esta obra literaria logró inspirar al director Peter Weir en 1989 en la realización de este famoso film. Robin Williams interpreta el papel del profesor Keating, un personaje que logra a través de la poesía  un cambio en la conducta de sus alumnos.  Rompe con el método de enseñanza tradicional y se convierte en  fuente de inspiración para que cada uno de ellos hiciera de sus vidas un verdadero milagro. Es el despertar del romanticismo, donde el mensaje  principal es la búsqueda del camino a la felicidad y la realización de los sueños.

     En el transcurso de la película, podemos apreciar varias citas pertenecientes al poema de Whitman La Sociedad de los poetas muertos, también llamado No te detengas, que expresa un  profundo mensaje de motivación  a la lucha insaciable de nuestro propósito en la vida.

                                                                                                         
                                                                
                                                               NO TE DETENGAS
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos"
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas..

     Keating se hizo llamar por sus alumnos  "Oh Captain, my Captain", frase inmortalizada por Walt Whitman en su poema que lleva ese mismo nombre, dedicado al fallecido presidente Lincoln:

¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, nuestro espantoso viaje ha terminado.
La nave ha salvado todos los escollos,
hemos ganado el anhelado premio.
Próximo esta el puerto, ya oigo las campanas y el pueblo entero te aclama,
Siguiendo con tus miradas la poderosa nave, la audaz y soberbia nave.
Mas, ¡ay! ¡oh corazón!, ¡mi corazón!, ¡mi corazón!
No ves las rojas gotas que caen lentamente,
allí en el puente, donde mi capitán yace extendido, helado y muerto.

         La tragedia viste de negro este film con el suicidio de uno de los alumnos. La consecuencia de las  imposiciones de un padre sobre las decisiones de su hijo.  Keating es culpado injustamente por ello y expulsado de la institución.   Es una maravillosa película que nos lleva a  esta reflexión:    El educador sólo es facilitador y acompañante. Cuidado con forzar las cosas y romper el capullo pues se corre el riesgo de matar a la mariposa.


         La ultima escena  es una de las más emotivas, dejando en evidencia como alguien puede recoger en la misma medida que sembró tanto  respeto y pasión.

                                                                   http://www.youtube.com/watch?v=cC6ncDYYeX4
                                       



     


domingo, 24 de enero de 2010

LA FANTASTATICO, LA OBSESION, EL MIEDO: UNA INFLUENCIA DE EDGAR ALLAN POE

     En el campo del cuento, el norteamericano Edgar Allan Poe ejerce especial influencia en Jorge Luis Borges.

     Mi interés por la literatura de Borges me llevò a conocer un poco màs acerca de Edgar Allan Poe; tanto  en la lectura de sus cuentos como en el conocimiento de  lo que fue su vida; llegando a comprender como su estado neuròtico pudo lograr la perfección en su  literatura tanto policial como de misterio y terror.

     Jorge Luis Borges publicó lo siguiente:
     "Detrás de Poe, (como detrás de Swift, de Carlyle, de Almafuerte) hay una neurosis. Interpretar su obra en función de esa anomalía puede ser abusivo o legítimo. Es abusivo cuando se alega la neurosis para invalidar o negar la obra; es legítimo cuando se busca en la neurosis un medio para entender su génesis. Arthur Schopenhauer ha escrito que no hay circunstancia de nuestra vida que no sea voluntaria; en la neurosis, como en otras desdichas, podemos ver un artificio del individuo para lograr un fin. La neurosis de Poe le habría servido para renovar el cuento fantástico, para multiplicar las formas literarias del horror. También cabría decir que Poe sacrificó la vida a la obra, el destino mortal al destino póstumo."
     Ellos comparten la creación de relatos literarios cortos, teniendo en cuenta los componentes de tragedia y misterio presentes siempre en Poe, así como y las exploraciones intelectuales sobre asuntos como la criptografía y la cosmología.

     Tal como sostuvo Borges:
     “Con una gran influencia en la literatura, a través del relato fantástico y la literatura de terror, sin Edgar Allan Poe, no se entendería la literatura contemporánea.”
     “Lo fantástico, gran aportación del escritor norteamericano, no es externo al narrador sino que procede de su propia mente”.

     Pues bien, así lo cree también Borges y así lo lleva a la práctica en algunos de sus cuentos.

     Ambos escritores han visto la novela como un género problemático.
     Poe se muestra a favor de la brevedad, “la novela no puede ser leída de una sola vez, su extensión rompe cualquier unidad posible, sin embargo el cuento breve, permite al autor desarrollar plenamente su propósito.”
     Para Borges, la novela tiene mucho relleno, el cuento es un género más estricto. Su actitud es evitar el ripio textual.

     Entre los cuentos de Borges, encontramos algunos donde predominan dos elementos que este autor domina de manera magistral:  la obsesiòn y el infinito, donde se observa una perturbaciòn de lo real.

     El infinito, como lo podemos observar en :

     La Biblioteca de Babel, un universo (que otros llaman la Biblioteca) que  se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas. Desde cualquier hexágono, se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente."
     El Libro de Arena:  tiene ese nombre porque ni el libro ni la arena tienen principio ni fin.
Un cuento que revela la obsesión, tal como en El Zahir.
     Algo que domina tus sentidos, lo único que está presente en tu mente, algo que una vez que conoces no puedes olvidar, se apodera de ti, de tus pensamientos, de tu voluntad, no solo obsesiona sino produce terror, te agota, no puedes percibir otra cosa que no sea el causante de la obsesión, lo inolvidable, lo que parece precioso al principio, y al final, es como una maldición.
     Personajes que se vuelven obsesionados, pierden su identidad y  caen en  etapas de larga soledad.

     Cuento lleno de magia y fantasía, como en muchos de sus cuentos, donde predomina la obra ficticia.

     El libro al que llamó escritura sagrada de una religión desconocida, el libro que compró por todo el dinero de su jubilación y la Biblia de Wiclif en letra gótica heredada de sus padres, un libro infinito de páginas, no puede abrirse dos veces en la misma, no tiene una primera ni una última.
     No mostró a nadie su tesoro, pero sumado a la dicha de poseerlo, le entró un gran temor de que se lo robaran, tenía miedo de que no fuera realmente infinito, era prisionero del libro, hasta que comenzó a darse cuenta que era monstruoso, su obsesión por el libro estaba acabando con él.
     No podía dormir, volvió las hojas, nunca podía encontrar la misma, su intento fue también infinito.
     Lo escondió en el sótano de una biblioteca para no poseerlo, sintió alivio pero nunca màs pasó frente a ella. ¿Por què? Tenía miedo, quizás de entrar y tomar de nuevo el libro que lo obsesionaba casi llevándolo a la locura.

     La descripción del infinito es muy compleja, la cual requiere de ciertas técnicas literarias, empleando metáforas inteligentes y situaciones extraordinarias, la cual Borges hace de manera subliminal.

     ¿Qué obsesionaba a Borges que lo llevó a escribir estos cuentos? ¿Serà tan sensato tratar de olvidar lo que en un momento dado puede ser tan maravilloso?

     ¿Qué me obsesiona a mí que me lleva a leerlos?

viernes, 8 de enero de 2010

ENSAYO DE JORGE LUIS BORGES ACERCA DE UN TIRANO.

     Jorge Luis Borges en su libro “Otras inquisiciones” recopiló  una serie de ensayos  llenos de magia e inteligencia.

     En el primero “La muralla y los libros”, Borges sostiene que Shih Huang Ti, (más conocido como Qin Shi Huang) hombre que ordenó la edificación de la casi infinita muralla china, decidió abolir el pasado para que la historia comenzara con él.

     ¿De qué manera? Firmó un decreto con el cual autorizó la quema de todos los libros anteriores a él. Muchas obras y tratados antiguos desaparecieron. Hoy en día sólo se sabe de ellos por mención en otras obras que lograron ser ocultadas y salvadas de esa destrucción generalizada del saber. Tres mil años de historia se fueron en una hoguera.

     Herbert Allen Giles, famoso sinólogo estudioso de la lengua, la literatura y las instituciones de China, cuenta que quienes ocultaban libros fueron marcados con un hierro candente y condenados a construir hasta el día de su muerte la muralla china.

     Una de las hipótesis de Borges acerca de la posible razón de la quema de los libros fue convertir en cenizas el pasado de su madre a quién él mismo confinó. El Emperador ejecutó a su amante Lao Ai, quién se había levantado contra él y a los dos hijos que este había tenido con ella.

     La quema de tres mil años de cronología y la construcción de la muralla que era la defensa contra las invasiones extranjeras, con la que se cercaba un imperio, “se anulan una con la otra”

    A pesar de que siempre fue retratado como un tirano, es considerado todavía hoy en día un héroe que logró la unificación de China,  estandarizò los pesos y medidas, asì como una lengua y moneda ùnica en el país, creò nuevas vías de comunicación, pero sobre todo, construyò su obra maestra: La Muralla China.

  
   Una de las obras de arte más fascinantes de la antigüedad son Los Guerreros de terracota. Shih Huang Ti ordenó que se hiciera un ejército de más de 7.000 soldados de barro de tamaño natural, con más de 600 caballos y más de 100 carros de combate, para que lo cuidaran en la otra vida.

     Lo valioso de las figuras halladas es su realismo, no fueron vaciadas en moldes sino modeladas en forma individual, y tienen un nivel de perfección que ha desconcertado a los expertos.

     Este tirano, obsesionado por la inmortalidad, no supo hacer otra cosa que destruir y construir a gran escala.

      Los tiranos de nuestros tiempos destruyen también a gran escala, pero me pregunto lo siguiente: 
     ¿Qué han construido estos tiranos aunque sea a menor escala que Shih Huang Ti?
   
  







lunes, 4 de enero de 2010

UN HERMOSO ATARDECER EN OIA

      ¿Puede haber algo más romántico que un atardecer frente al intenso azul del mar Egeo?

De pie al borde de un acantilado, Oía me regalò todo su esplendor. Vestida de acuarela, con un cielo despejado y sereno, casi conciliador; se mostraba imponente. Un lugar perfecto donde hubiera podido pasar hora tras hora observando sus negras arenas y el intenso color del mar Egeo. Sus aguas tranquilas iban desapareciendo a lo largo del horizonte en un perfecto contraste con la palidez del cielo. Las casas blancas resaltaban las cúpulas azules de las iglesias ortodoxas que salpicaban la ladera. Cuando al fin mis ojos habían descifrado esa extensa paleta de maravillosos colores e impresionante belleza, de manera sorpresiva llegò el atardecer en Oía. Jamás se borrará de mi mente ese espectáculo alucinante que me ofreció la naturaleza. Allí, en la cima de uno de sus altos acantilados, sentía que el mundo estaba a mis pies.

El cielo se descomponía en una gama de intensos colores que lograron encender el mar. La nitidez iba desapareciendo, el silencio era ensordecedor. El viento acariciaba mi pelo, cerré los ojos y lo sentì jugar impúdicamente con la tela de mi vestido. Mi piel se tornó roja con matices naranja, colores que de manera bondadosa el sol me concedía; hasta que en un mágico momento, en el centro del espectáculo, el sol abandonó el escenario. No podía dejar de observar mi piel. Nunca me había dado cuenta lo hermosa que era, llegando a despertar en mí una sensualidad extrema.

En uno de los cafés que balconean hacia el mar, un grupo de personas comenzaron a bailar una danza griega; pero nada logró distraerme, el cielo me hablaba, el sol me decìa adiós.

Comencé a caminar por sus intrincadas callejuelas y encontré la mejor terraza de un bar cuya vista era la caldera del volcán. Allí me senté, y mientras llevaba la copa de Ouzo a mi boca, me di cuenta que no busco la naturaleza para distraerme o pasar un momento de serenidad, la busco para despertar pasiones, las que con su riqueza desbordante logran regalarme un torbellino de placer. 

No se si volveré a Santorini, no pude captar con mi cámara tan impactante belleza, pero ese atardecer quedó grabado en mi mente para siempre, y lo recordaré como una de las mejores experiencias que han pasado por mi vida.





    

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